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dc.contributor.authorPontigo-Alvarado, Manueles_CR
dc.date.accessioned2009-12-09T16:34:21Zes_CR
dc.date.accessioned2011-11-25T02:09:24Z
dc.date.available2009-12-09T16:34:21Zes_CR
dc.date.available2011-11-25T02:09:24Z
dc.date.issued2009es_CR
dc.identifier.isbn978-9968-9634-6-6es_CR
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/2238/528es_CR
dc.descriptionNovelaes_CR
dc.description.abstractEl humano es la única especie que aprende desde el lenguaje escrito. Esta particularidad, en ocasiones divinizada, ha sido aprovechada para ventajosamente para influir negativamente sobre individuos menos instruidos. Por las consecuencias, parece ser más simple adoptar lo que otros opinan, aceptar ser adoctrinados, que mirarnos al interior y analizarnos en el ámbito esencialmente humano desmitificado. Los infortunios, en todo tipo de ámbitos que a grandes rasgos suelen resumirse en el fatalismo de la frase: “Si algo puede salir mal, saldrá mal.” Se aceptan sin meditarlas, por imposibles o poco probables que parezcan justificados por postulados científicos como La Ley de Murphy (Edward Aloysius Murphy, 11 de enero de 1918 - 17 de julio de 1990). Sin restar méritos a la capacidad negociadora de Hernán Cortés, es poco probable que con 11 naves, 518 infantes, 16 jinetes, 13 arcabuceros, 32 ballesteros, 110 marineros y unos 200 indios y negros como auxiliares de tropa, con 32 caballos, 10 cañones de bronce y 4 falconetes, derrotaran a un potencial ejército de medio millón de avezados guerreros dispuestos a morir. Las crónicas minimizan la consecuencia de la alianza de los españoles con grupos contrarios a los aztecas. Los primeros enfrentamientos de los extranjeros y disidentes de la triple alianza debilitaron a los aztecas, poco tiempo después, las enfermedades trasmitidas por los extranjeros diezmaron a los originarios americanos sin distinción de filiación. A la llegada de los españoles Mesoamérica abarcaba desde los ríos Pánuco al noreste, Sinaloa al poniente y la península de Nicoya en Costa Rica al sur, con una población estimada en veinte millones de personas. En esa época, la leyenda de Ce-Acatl-Topilítzin- Quetzalcóatl de los toltecas se trastocó de manera que los aztecas confundían al héroe tolteca con el dios benefactor Quetzalcóatl, llamado y reverenciado como Kukulkán por los mayas. Reforzada por la leyenda propia referente a la maldición de Malinalxoch o Malinalxochitl, una diosa hermana de Huitzilopochtli, ambiciosa sacerdotisa y hechicera con poderes para controlar a los animales. La leyenda dice que durante el periplo de los aztecas desde Aztlán al valle del Anáhuac, Malinalxoch junto con un grupo de devotos se opuso a Huitzilopochtli. Por esta traición, Malinalxoch fue abandonada durante la noche junto con sus seguidores que siguieron un camino distinto estableciéndose finalmente en Malinalco en el actual Estado de México. La sacerdotisa, para vengarse mandó a su hijo Copil a atacar a los aztecas que continuaban su periplo. Los aztecas lo mataron y aventaron su corazón muy lejos cayendo en el lugar que después se convertiría en Tenochtitlan. Al enterarse Malinalxoch los maldijo diciendo que extranjeros venidos del oriente a rescatar el corazón de su hijo Copil matando a los aztecas para recuperar Tenochtitlan. El pueblo azteca en su sincretismo unió ambas leyenda atribuyendo nombre y función al Héroe Tolteca mitificado como Quetzalcóatl. Entonces se había entronizado una clase social conocida como los pipiltin o pilli, grupo integrado por elementos de los Calpolli, o grupos familiares con relaciones comunitarias sujetas a divisiones territoriales, una unidad administrativa que funcionaba como una corporación que controlaba distintos ámbitos de la vida económica, social y religiosa del pueblo mexica. El otro grupo importante lo formaban los macehualtin considerados de categoría inferior, aunque mantenían relaciones comunitarias estaban sujetos a poder bélico de los pipiltin. Las guerras entre los Calpolli eran frecuentes y cruentas hasta llegar a una estabilidad relativa cuando se estableció una triple alianza integrada por México Tenochtitlan de formación azteca, Texcoco de formación tolteca-chichimeca y Tlacopan de formación residual chichimeca. Las dos primeras naciones detentaban cada uno dos quintos del poder, y el quinto restante lo tenía Tlacopan cuyo Huei-Tlatoani se inclinaba según se moviera en poder. La fracción México vi Tenochtitlan estaba gobernada por el Huei-Tlatoani Moctezuma; en Texcoco el poder lo compartían dos hermanos leales a Moctezuma: Cacamatzin o Cacama y Coanacoch, hijos de Netzahualpilli. El medio hermano Ixtlixóchitl, apoyado por los macehualtin de Texcoco y Tlaxcala acérrimos enemigos de los aztecas conspiraba contra sus medios hermanos y los aztecas. Es en esta coyuntura política, social, religiosa y sincrética es donde se desarrolla la trama de ésta novela.es_CR
dc.format.extent3437005 byteses_CR
dc.format.mimetypeapplication/pdfes_CR
dc.language.isoeses_CR
dc.publisherPontigo Alvarado Manueles_CR
dc.subjectLiteraturaes_CR
dc.subjectCosta Ricaes_CR
dc.subjectNovelaes_CR
dc.subjectHistoriaes_CR
dc.subjectMéxicoes_CR
dc.subjectFicciónes_CR
dc.titleSer la Malinche fue su destinoes_CR
dc.typelibroes_CR


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